Por estas fechas me vuelvo más colombiana de lo habitual, cual compatriota en el extranjero que busca ansiosamente donde recordar los sabores de la tierra, ver los partidos de la Selección Colombia y celebrar el 20 de julio a ritmo de cumbia y vallenatos con desfile de empanadas y antojos “quita añoranzas”.
Así como en la fonda del paisa en Queens (Nueva York) en la película Paraíso Travel, los restaurantes son una embajada colombiana en el mundo, aún más importante que la que tenemos en Washington. Las cartas de los restaurantes típicos colombianos en el extranjero son un ejemplo de la mezcla de regiones y lo más significativo del país. Uno encuentra sancochos vallecaucanos, bandejas paisas, ceviches, tamales y pasteles, ajiacos, arepas, chicharrones, pan de bonos, buñuelos, almojábanas y eso sí, la comida de mi tierrita, libre de conservantes, llenas de amor y creatividad.
Lo curioso es que no solo la comida hecha a la minuta está en la carta, allí es fácil encontrar una Colombiana o una Kola Román, una Pony Malta o una buena cerveza Águila o Club Colombia. Que paradoja que quienes nos quedamos en el país a veces preferimos la hamburguesa, la pizza y demás comidas procesadas para nuestras celebraciones. Respetable, solo que el valor y la identidad la valoramos más cuando estamos sacando la bandera con orgullo en cualquier lugar del mundo y la nostalgia está a flor de piel.
Sin embargo, yo me mantengo que colombiano que se respeta, es tragón por naturaleza, nos cabe todo con gusto y delicia. Pensar en cómo celebrar el 20 de Julio, me obliga a hacer una operación de soltarme mentalmente el cinturón y empezar a imaginarme que quisiera. Es una fecha en la que el simple hecho de pensar que somos laboratorios gastronómicos con cubios, papas, chontaduro, limoncillo, hierbas, carnes y demás, me enorgullece, y hasta pienso en el escudo nacional.
Por mi parte, yo desayunaré pan de bonos y pan de yuca con un buen calentado de frijol trasnochado, acompañado de una taza de chocolate caliente con queso y un buen jugo de naranja. Claramente necesitaré hacerle siesta al evento de la mañana para poder seguir con un puchero, sancocho o una cazuela de mariscos, eso sí que no me falte el arroz blanco, por favor. En este punto necesitaré un poco de bicarbonato para poder terminar el día con una arepita rellena, un caldo reparador o una sopa de conchitas con zanahoria.
La cocina en Colombia es una de las revoluciones de los últimos años, son apuestas de rescatar la tierra, la identidad y lo que somos con una sofisticación y técnica impresionante. Por eso no le de pena comer lechona, aborrajado o mielmesabe que eso es lo que nos hace grandes como colombianos, es hora de que #ColombiaSeSienta en las mesas del mundo.
¡Feliz 20 de Julio!
Y como es de esperar no puedo sino invitarlos a comer buena comida colombiana. Donde estén estoy segura que hay un lugar con sabor y son colombiano. Les recomiendo en Nueva York “Arepas Lady” en Queens, “Mondongos” en Miami (sucursal de Medellín para el mundo), “Rinconsito Paisa” en Elizabeth (NY), “Narco Bollo” en Miami y “Donde Carlos” en Londres.
¡Hacele pues mi amor!
#MadamePapita