Romance gastronómico

“La comida como el erotismo entra por los ojos pero hay gente que es capaz de echarse cualquier cosa a la boca (…)”*

Muchos hemos pasado por el terrible momento de angustia de invitar a la casa a esa persona a la cual ya le echamos el ojo, alias el arrocito en bajo. Entiéndase plan conquista con la mejor receta que pueda uno hacer. Sacamos lo mejor de lo mejor: velas, vajilla, chimenea, recomendaciones de los amigos, en fin: todo lo que asegure que la invitación será un éxito y quizás un romance gastronómico.

Entenderse gastronómicamente es casi igual de importante que entenderse en la cama. Los olores, sabores, gustos e insumos hacen despertar en nosotros las más altas o bajas pasiones a la hora de cocinar en pareja o para el levante. No me digan que un personaje que huele a recocinado, o a exceso de ajo es deli, porque no puedo creerlo. Lo mismo pasa con lo que sirven.

Por eso cada vez es más importante ese preámbulo, esa elección de qué y el cómo me lo como. Yo no voy a dar soluciones al romance gastronómico, por el contrario, voy a dejarlos pensar cómo se lo inventan desde situaciones sencillas de la vida que los lleven a esos momentos eróticos de la comida.

“Me arrepiento de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana (…)”*

La comida despierta todos los sentidos y sin dudarlo complementa la “comida” sexual. Por eso las fórmulas no son exactas, se adecuan a los momentos y a las circunstancias que podemos cocinarnos.

Los básicos: Productos frescos, coloridos y con sabores definidos. No inventen cosas complejas, no se friten la cabeza. Sean auténticos, entren en juegos sencillos, pero al punto. Llegar es lo aparentemente importante, pero no señores, es ese proceso de alquimia que logran entre la comida y el romance gastronómico, el que garantiza muchos éxitos en este romance.

Los NO en mayúscula: No comida pesada tipo bandeja paisa, no porque no sea deliciosa y afrodisiaca, sino que de noche pesa y hasta ahí llego la conversación. Poco ajo mientras calibran que tan desarrollado están los humores. No a los jugos espesos, sorbetes o jarabes, sean creativos.

Los mitos: Desde épocas cavernarias nos han dicho que existen los afrodisiacos, los invencibles, con los que van a la fija. ¡Aja!, y todos comemos entero y salimos a comprar chontaduro, mariscos, etc; ¿pero han pensado que desde una pastilla de chocolate hasta un buen arroz pueden despertar las mismas pasiones / pulsaciones? El afrodisíaco lo tienen ustedes en sus manos, en la malicia que le pongan a sus platos y con las ganas que se lo coman. No coma cuento, métale cabeza al tema y verá que cada uno trae su carga afrodisíaca para calentarse.

Barriga llena, corazón contento: Pues sí. Somos muchos los que encontramos felicidad en poder tener la barriga llena. Encontramos placeres físicos y emocionales en comer fantásticamente, y además compartir una mesa con buena conversación y un acompañante a la medida. Detestable el me engorda, son carbohidratos para la noche, me gusta comer sencillo. Por dios, coma callado y valore la experiencia. ¡Acuérdese que escoger qué se come uno es cosa de muy buen gusto!

La cocina: Hágase un favor, primero cocine y después báñese. No quede oliendo a fritos ni comida, nada sexy eso. Lo mismo pasa con su casa, abra ventanas, prenda el extractor y después de eso use un ambientador sencillo, siempre los espacios cerrados quedan pesados en olores de comida.

Buena táctica, cocinen en pareja. Tenga todo listo y, si se siente ducho en el tema… hágale. Juegue, coquetee y seduzca con lo que van a comer, de pronto acaba comiendo otro tipo de menú.

Mi recomendado de esta semana es una lista de mercado erótica, con la cual no sólo hacen recetas prácticas, sino que diversifican los usos. No tengan miedo a ensayar, a untarse y a comérselos. Además les recomiendo leerse o releerse Afrodita de Isabel Allende, siempre será un placer entender esos juegos literarios de cómo revivir esa pasión y erotismo de la historia de la cocina.

• Vino, cava o champaña
• Un licor fuerte que despierte las papilas gustativas y reconecten con el ambiente
• Chocolate
• Fresas, frambuesas o cerezas
• Crema chantilly montada (tarros listos para usar en decoraciones o producciones)
• Ají (ideal algo con lo que pueda sentirse cómodo en las preparaciones, no incendiado)
• Miel
• Antipastos
• Aceite de rosas o lavanda
• Velas

Cocinar y cocin-arte es un arte de conquista, de encontrar la sensualidad, de descubrir los sabores y texturas. El resultado depende de sus capacidades de ingenio y creatividad. Arriésguese, desnúdese mentalmente y ejerza con propiedad su actitud de levante gastronómico. Si necesita un empujón extra los invito a leer www.sensualemergency.com,  expertos desarrollando recetas que nos solucionan la vida.

* Afrodita: cuentos, recetas y otros afrodisíacos. Isabel Allende. Plaza y Janes S.A., 1997

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Julio 7, 2016. 

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