Las recetas heredadas: una muestra de amor y vida

Hay algo mágico en las recetas heredadas, esos pedacitos de historia familiar que viajan de generación en generación. Son aromas, sabores y texturas que no solo alimentan el cuerpo, también el alma, y ayudan a mantener viva nuestra memoria. Cada plato cuenta una historia, cada ingrediente trae recuerdos, y cada receta es una forma de honrar a quienes estuvieron antes que nosotros.

Todo esto que por lo general vivimos en casa se experimenta en @TeAmoLolaCafe, un lugar donde dos hermanas convirtieron su herencia en una misión de vida, mezclando tradición, salud y amor en cada plato. Ubicadas hace un par de años en Santa Bárbara, y con un segundo punto hace poco en el Centro Comercial Bima, Te Amo Lola Café no es simplemente un restaurante: es un tributo. Su nombre ya dice mucho, pues “Te amo Lola” es un homenaje a la historia y memoria de su madre, quien sembró en ellas el amor por la cocina y el poder de la comida con sus recetas, mostrándola como un acto de cuidado y conexión propia y con los demás. Las recetas, no siempre tan sanas como las de hoy, han sido transformadas en opciones saludables y deliciosas respetando sabores y memorias, para así mantener el equilibrio entre gusto y bienestar.

Estas hermanas no solo heredaron preparaciones: les legaron valores, enseñanzas y el amor a la comida desde su casa. Ellas entendieron que cocinar no es solo mezclar ingredientes, sino construir momentos de felicidad y salud. Inspiradas en eso, crearon un menú que habla de ellas, pero también de nosotros: wafles de yuca que reconfortan, bowls que revitalizan, pasteles que abrazan. Y no hablemos de pizzetas, huevos y desayunos, todos maravillosos. Cada plato preparado con ingredientes sanos, en muchos casos orgánicos, y pensado en quienes buscan alimentarse mejor, pero sin sacrificar el placer del buen comer.

Lo que más llama la atención de su propuesta es cómo integran estilo de vida, atención personalizada y un concepto “de casa” porque, si algo queda claro en Te Amo Lola Café, es que no basta con servir comida: hay que nutrir corazones. Y ellas lo logran llevando su comida directamente al hogar de sus clientes, ofreciendo un servicio a domicilio que mantiene el mismo nivel de detalle y calidez que se vive en su acogedor espacio en Santa Bárbara. Catering, fiestas o un momento para pasar tiempo de calidad en torno a la comida, eso es lo que logran.

¡La experiencia no se detiene ahí! No es solo un café: es un movimiento, una invitación a adoptar un estilo de vida donde los recuerdos del pasado inspiran un futuro más saludable, delicioso y lleno de vida. En un mundo donde todo parece ir rápido, lugares como este café nos invitan a detenernos, a reconectar con nuestras raíces y memorias, y a reimaginar la forma en que nos alimentamos. Porque, al final, las recetas heredadas son más que comida: son amor, son memoria, son vida. Y en las manos de estas dos hermanas, estas preparaciones ahora no solo alimentan cuerpos, sino también corazones.

¿No es eso lo que todos buscamos al final del día? Honrar a quienes amamos y cuidarnos sin tener que andar en cuentas, dietas y, de alguna forma, castigos mentales por lo que comimos, desde el primer bocado hasta el último suspiro. Merece la pena ir, volver y pedir a domicilio. Sus productos son tan especiales que seguro los llenarán de una energía vital que, por estos días, más de uno necesita.

Último hervor: El perverso juego de la incertidumbre es una espera macabra para la estabilidad del campo, los productores, los industriales, los microempresarios y todos aquellos que de alguna forma logran crear tejido de país con su trabajo. La incertidumbre es el peor de los sentimientos: es sentir que estamos viviendo en el aire. Sufren los que soñaban con el viaje de sus sueños, y también quienes nos rodean y ya comienzan a proyectar cambios abruptos de sus negocios, su futuro y todo lo que implique generar empleos, capacitaciones y hasta estudios para sus hijos. No es cuestión de estratos, orígenes o teorías rebuscadas; es la realidad de miles de nosotros.

En este espacio hago especial énfasis en la sociedad líquida en la que vivimos desde hace años. Una sociedad que viene viviendo a través de 140 o 280 caracteres, o unos más para ciertos “afortunados” (o desafortunados nosotros), se convierte en una sociedad en la que, sin parpadear, se pierde la noción de realidad, de construcción social, de lo que implica tener más de millones de empleos, productos, y servicios en medio de una tómbola.

#MadamePapita

@Madamepapita para El Espectador. Enero 31, 2025.

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