Como un salchichón

Después de vieja me dio por comer carnes frías y charcutería sabrosa. Y no me da pena reconocer que algunas veces, cuando he almorzado muy tarde, mi salvación antes de acostarme es sacar unas tajadas de jamón o mi nuevo amor: el salchichón cervecero con un buen chorro de zumo de limón.

Esto me dio para pensar que a veces la nevera y las alacenas se nos convierten en un salchichón: todo embutido, apretado, cómodo para la vida, pero con sus peros. La pandemia nos ha dado a muchos la posibilidad de abrir la cabeza y pensar más allá de la zona de confort. Pero para otros, con la suma del teletrabajo y las labores del hogar, llega la matadora cotidianidad en que nos castigan la falta de tiempo y la letal acumulación de tareas, entre ellas darle una vuelta a la alacena y dejar el desorden de bolsitas con cosas que ni nos acordábamos que habíamos comprado.

El exceso de provisiones no precisamente crea abundancia sino que, como dicen las abuelas, guardamos manjares y lloramos pesares, y no está el palo para cucharas como para andar botando la comida a la caneca. Ponerle orden a la alacena hace que encontremos tesoros olvidados, como esas lentejas pardas que había traído de algún viaje y disfrutarlas por fin, o recordar por qué había conseguido esa harina de almendras y hacer con ella una pizza sabrosa y muy saludable.

Frascos por vencerse, encurtidos escondidos en el fondo de la alacena, cafés de origen, piques de todas partes del país, achiotes, laticas, latotas y demás recipientes que gritan ¡cómeme! saltaron en estos días ante mis ojos y han hecho que desempolve recetas que hace mucho no pasaban por mi cocina.

Parte del ejercicio que nos ha ofrecido esta etapa de nuestras vidas es eso, limpiar, aprovechar lo que se tiene y compartir con otros. Lo que quizá atesoramos y nunca usaremos puede traer mucho bienestar a otros, recuerdos y, lo más importante, sonrisas auténticas.

Los invito a que este fin de semana pongan música en la cocina, se armen de trapos y bolsas y, con la mano bien puesta en el considere, hagan el ejercicio de limpiar, revisar y organizar cuanto espacio acumule comida: la nevera, el congelador, la alacena… Van a ver que no se arrepentirán de encontrar cosas ricas para cocinar y hacer espacio para que fluya la buena vibra en sus hogares.

Posdata: No se les olvide lo bueno que es un pedazo de salchichón con pan francés.

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Julio 3, 2021.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Otras columnas

Acompáñame cada semana a recorrer temas que nos unen a través de la comida y sus tradiciones, las recomendaciones de buenos lugares y viajes glotones, productos y emprendimientos que vale la pena destacar y un descubrimiento de nuevas alternativas de salud, alimentación y bienestar con los aceites esenciales.

Salve usted la patria

La visita a la plaza se nos está convirtiendo en un juego de azar, de esos donde uno ya no está seguro de cómo viene la mano hasta que se han repartido las cartas. Cada semana, al entrar al que

Perros todos

Hoy fue uno de esos días en que un buen perro caliente se agradece con el alma, pues reconforta el ánimo. No sé de dónde salieron estas ganas locas de perro caliente de El Campín, pero como estoy lejos y

Caserito

Tal cual, así es que me gusta comer la mayoría de los días de la semana: preparaciones sencillas, hechas en casa, sin formalidades, pero donde se siente la tradición, el sabor de mi hogar. Esa comida es la que preparamos