¡Y se juntaron el hambre con las ganas de comer!

Que hago si me seducen las personas de buen comer, no las que viven con hambre, las que saben qué comer. Básica la relación de lograr encontrar esa media naranja (o mejor, esa naranja jugosa y entera) que entre bocado y bocado logre seducirme y mantener mi atención.

Parece simple, pero es de las situaciones más complejas que hay. Me gustan los besos con pasión pero sin sabor a comida. La lujuria gastronómica debe estar presente desde la consecución de cada ingrediente y en el ritual de la cocinada (amo cocinarle a alguien que está presente, que musicaliza el momento y se encarga de poner el maridaje a andar).

Me sorprende mucho que hoy en día la gente puede llevarse a la boca cualquier cosa que le ofrezcan de comer, sin siquiera pensar el proceso que vivió ese alimento; para mí pasa de llamarse comer a simplemente alimentarse, colmar la sensación de hambre para cumplir con un proceso eminentemente estomacal. Hablar de seguridad en la comida, a veces parece aburridísimo, pero es más sencillo de lo que imaginan.

No estoy diciendo que comerse un perro caliente en el estadio sea un imposible callejero, o un algodón de azúcar en la plaza principal sea una segura intoxicación; les hablo de saber que diferencia hay entre unas ganas locas de comerse algo delicioso (por más casero o callejero que sea) o comer por hambre cualquier cosa.

El «aquí y ahora» también se aplica para el comer, es el ser consiente de qué comemos, qué preparación tuvo, qué calidad de ingredientes tiene, qué tanto bien o no puede hacernos, y sobre todo, si mi cuerpo merece o no ser «llenado» con ese alimento. Creo que nos ahorraría muchos dolores de cabeza pero también que se podrían evitar enfermedades, engordar por comernos cualquier cosa, y sobre todo, desde la otra orilla, apreciar que alguien que nos ame lo esté diciendo simplemente con ese plato que pone frente a nuestros ojos.

¡Que viva el amor! Consciente, tanto propio como cuando lo gritamos a quien amamos con un buen plato. Atrévanse a amar y dejarse querer cuando se juntan el hambre con las ganas de comer.

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Marzo 30, 2017.

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