El verano está cruel, y no es propiamente la letra de una canción. En las principales ciudades del país siguen registrándose temperaturas récord, y en muchas ya comienzan a reportar racionamientos prolongados de agua por la sequía de los ríos. Sé que parezco un disco rayado este año, pero es la cosa está muy dura, pues no logramos salir de las heladas para adentrarnos en cosechas pérdidas, gracias a la falta de agua de este fenómeno de El Niño, que tiene más cara de adulto irresponsable que de algo que pudiera mejorar pronto.
Es un tema que nos está tocando a todos, o miren la conversación de las tías: “¿a dónde vamos a comer si ya no hay muchas de las cosas en la plaza?”. Los conocidos hablan de cambiar la sopa por doble fruta picada o dos jugos. Ya se comienza a notar fuertemente el cambio de la dieta, a regañadientes, gracias al cambio climático que vivimos. La sequía está haciendo de las suyas en la pesca también: esta semana vi en las noticias, con terror, la situación del río Magdalena, las quejas de los pescadores y los compradores de pescado fresco quejarse por los precios. Y aún estamos en los dos primeros meses del año.
La recursividad tiene que ser el mandato. Ya no hay tiempo para rumiar sobre los recuerdos de lo que teníamos en 2023, cuando aprovechábamos para quejarnos por cualquier cosa. Hoy la economía doméstica está en un momento de poca flexibilidad y mucho ingenio a la hora de comer. La regla de la vida dice: si hay y está a buen precio esta semana, compre un poco más y congele, o prepárelo como más le gusta y guárdelo correctamente para más adelante. Si el antojo es alto o la dieta médica lo obliga, no se queje de los precios y no desperdicie en sus preparaciones, hoy las cosas valen oro a la hora de conseguirlas y, más aún, de pagarlas.
En ese orden de ideas, sigue siendo mejor negocio estar informado sobre lo que está pasando con el abastecimiento del país. Esto, reitero, no es solo para las grandes ciudades: cada municipio tiene en el corazón del día a día el funcionamiento de la plaza, las tiendas y hasta de los carros de mercados móviles que circulan. Corabastos es un referente nacional, que nos aterriza a diario con su boletín de precios que, como bien dice el calendario que pueden visitar, es inestable y sujeto muchas veces a los precios de los fletes.
Entonces la idea es ajustarse a lo que está llegando a precios más cómodos, revisar constantemente los referentes de sus centrales de abasto, y comenzar a trabajar en organizar las comidas y su preservación. Todo esto nos asegura que podremos sobreaguar esta temporada que, si bien tiene nombre, es muy incierta para todos nosotros como consumidores.
Los invito a ajustar un poco los menús, descubrir nuevos productos más accesibles, compartir la olla en grupos familiares más grandes y, siguiendo el título de esta columna, hacer un cambio de tercio para poder seguir alimentándonos bien. Este Niño irresponsable también pasará, esperemos, sin más estragos, y ya llegarán nuevos desafíos.
Hoy quiero hablarles de un restaurante indio en Bogotá, @restauranteindiagourmet. Llegamos por recomendación de una amiga que lleva una cuidadosa lista de restaurantes de la capital, con muchos que yo desconocía, como este. Se trata de un local pequeño, con mucha actitud, y con meseros muy atentos a sus recomendaciones. Todo esto auguraba un gran almuerzo, y así fue. Cada entrada y cada plato fue una grata experiencia. Para ir a la fija deben probar el Tikka Masala (pollo), el cordero y las lentejas, que son maravillosas. Y no olviden los kebabs de entrada, que estaban deliciosos. Respecto al picante, no olviden avisar si lo prefieren bajo, pues si bien la experiencia es deliciosa, se puede ver afectada si uno no disfruta de estos sabores. La mejor forma de gozar de este restaurante es una que siempre preferimos en esta mesa: todo al centro, para que los comensales compartan y así poder un poquito de cada plato.
Último hervor: ¿Alguien sabe qué pasa en el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima)? ¿Se ve alguna señal de humo? Son muchos los comentarios respecto al atraso del Registro Sanitario de varios alimentos, que hace que los productores desistan y pierdan dinero, y hace que ya haya productos escasos en el mercado. Siendo una entidad de semejante importancia, su manejo, al parecer, hace parte de las cábalas del nadie sabe nada.