Un mordisco de moda

Colombia cada día está entrando más rápidamente en la corriente verde, no solo en conciencia de lo que hacemos en el planeta sino en cómo nos lo comemos.

Esta semana lanzaron el proyecto #CrecimientoVerde, una iniciativa donde los colombianos podemos apostar en ser responsables con nuestro consumo y con nuestras huellas en el planeta.

La cifra de desperdicios de agua y alimentos fue descomunal:  43% del agua que tenemos y 34% de los alimentos. Me cuesta mucho entender cómo en un país donde mueren niños de hambre y de sed nosotros no hacemos nada por reciclar alimentos, compartirlos o circularlos con la gente que realmente lo necesita. Mi tema ha sido simple a lo largo de estas semanas con ustedes: Patrimonio Gastronómico. Y patrimonio no es solo salvaguardar nuestros orígenes y nuestros productos gastronómicos, también es preservarnos nosotros mismos de desabastecimientos y hambrunas.

Confirmé mis sospechas; tenemos más ojos que estómago. Pero lo que me desubica mucho es entender por qué no circulamos lo que tenemos pero que quizá no gastaremos, o no nos provoca hacerlo. No es tan difícil hacer compras coherentes, congelar lo que nos sobra o simplemente tomar conciencia de que siempre hay alguien en la calle, en los amigos y hasta en la misma familia, a quien seguro le solucionará su momento.

La ventaja de congelar lo que nos queda es que siempre tienen un desvare, bien o mal, en un día largo de oficina lo único que no me provoca es llegar a cocinar y creo que no soy la única. Un mercado con lista, como las que hacía mi abuela, no solo es más rápido sino mucho más eficiente a la hora de pensar cuánto y qué realmente se necesita. Pero si ya es definitivo y queda algo de mercado que comienzan a marchitarse, lo más lógico es siempre buscar acopios de alimentos que en cada ciudad hay y varios. Iglesias, dispensarios, bancos de alimentos, colegios con jornadas especial, en fin un montón de organizaciones que se encargán de clasificarlas y darles el correcto uso.

Del agua no sé ni qué decirles. Somos agua, simplemente eso; 70% de esos kilos bien ganados por tragones son ¡agua! Desperdiciar agua es desperdiciar vida, es no ver a todos esos niños que en La Guajira mueren esperando un vaso de agua. Se imaginan lo que podríamos hacer si somos conscientes cerrando la ducha a tiempo, lavando las papas en un tazón en lugar de una a una con la llave abierta, lavar la loza en una sola tanda y en bajo consumo. No es tan difícil, somos seres de hábitos y solo es cuestión de tener voluntad para lograrlo.

#CrecimeintoVerde no es una moda, no son restaurantes orgánicos ni responsables con sus productores, son espacios donde toda la cadena del uso racional del agua y de los alimentos se logra. Lo mismo debería suceder con las cocinas en nuestras casas, donde grandes y pequeños puedan reducir el desperdicio y sumar pensando en el futuro de todos los que pasamos por este planeta.

Mi recomendación de esta semana, panaderías que me llenan con cada bocado de lujuria y ganas de seguir probando.

Árbol del Pan (@Arboldelpan)

Un balance perfecto entre un estilo muy bien cuidado y cálido, con una carta que ofrece panes artesanales y delicias de sal o dulce. Para llevar o para un delicioso desayuno, este espacio es un tesoro muy bien guardado. Un servicio impecable y un sinfín de deliciosos panes hacen del Árbol del Pan, un imperdible entre las panaderías de barrio. Onces, almuerzos o un simple escape por un café, les garantizo será una experiencia deliciosa.

Brot (http://www.brot.com.co/)

Mi devoción con Brot empezó con unos “pan de yucas” que a diario compraba de camino a la oficina, siempre un mordisco crocante que terminaba en un centro suave y caliente. Pero lentamente no solo eran estos deliciosos pecados sino baguette de chocolate, galletas, tartas, en fin. Una panadería 100% artesanal donde el día entero hay pan fresco. Una carta pequeña para almorzar o cenar pero unos súper desayunos. Mis recomendados de siempre los Quiches de albahaca y tomate y obviamente los pan de yucas.

#MadamePapita
Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Otras columnas

Acompáñame cada semana a recorrer temas que nos unen a través de la comida y sus tradiciones, las recomendaciones de buenos lugares y viajes glotones, productos y emprendimientos que vale la pena destacar y un descubrimiento de nuevas alternativas de salud, alimentación y bienestar con los aceites esenciales.

La caja de Pandora

No hay nada más pavoroso que abrir la nevera y encontrarse con lo mismo: con la imperiosa necesidad de pensar ¿qué cocino? Cansancio, desgaste o pereza hacen que cocinar comience a aburrirnos y todo sepa a lo mismo. Los lunes

El fantástico ceviche

En mi casa me conocen como “Cevichica”, como un homenaje a ese personaje maravilloso de la serie animada El profesor Súper O, pues aparte de la papita en todas sus presentaciones, sabores y colores, el ceviche es uno de mis

Pare y siga

Pasada la primera semana del año, ya se avecina el fin del periodo de vacaciones y comienza Cristo a padecer. No se trata solo del regreso de las rutinas, sino también de la reacomodada de la ropa, la limpieza del