Grandes comidas para pequeños

Es evidente que los niños hoy en día son un público gastronómico cada vez más exigente. No comen cuento, no comen chatarra por único oficio, sus gustos son el reflejo de lo que comen en casa y no tienen filtro a la hora de calificar o descalificar los platos con los que se alimentan. Comida en casa, alimentación de los colegios, loncheras y salidas a cenar se convierten en espacios de construcción de hábitos saludables, no solo para su nutrición sino para comportamientos y rutinas saludables.

Esto suena a un carretazo de los que tenemos mamás bravas que nos sirven el brócoli espantoso hervido bajo un dictamen de salud y vitaminas, pero es el día a día de unas nuevas generaciones que realmente están viviendo una desbordada realidad de comida plástica, rápida y poco saludable. Alimentar a un niño es abrir el camino a un adulto sano, donde comer de todo un poco sin satanizar nada es la fórmula del éxito para generar patrones donde no necesiten a la mamá brava o a la profesora que manda a la casa notas.

Comidas divertidas y sabrosas, no platos escuálidos y que no den ganas de devorar, son la regla de oro. Los niños hoy no se contentan con lo básico, desde muy pequeños están expuestos a sabores, productos y menús que les permiten adquirir unos paladares en constante educación y por lo tanto de búsquedas. Además, tienen un instinto esencial maravilloso que les permite ser grandes cocineros desde muy pequeños, con ideas sencillas que nos dan señales de lo que realmente los hace felices. Yo gozo en cada reality de pequeños chefs viendo como crean, como manipulan los ingredientes, como sienten el contacto con los alimentos, como se apropian de sus platos locales y ese empuje de darlo todo, de asumir el reto con entusiasmo y mucha ilusión.

Los niños no necesitan un celular o una tablet, necesitan una mente abierta a probar, a conocer y a poder tener herramientas para entender por qué las papitas, los dulces y las comidas de caja no son la mejor opción. Fuimos generaciones que crecimos con sopa, fuerte y postre, jugo de guayaba espeso y pocas gaseosas; la pereza o la falta de tiempo no pueden convertirse en la salida fácil para nuestros niños. Este es un reto de todos, no de las mamás o de las abuelas que con amor dedican tiempo a nuestra alimentación, es un propósito que debe unir a toda la familia.

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Agosto 30, 2019.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Otras columnas

Acompáñame cada semana a recorrer temas que nos unen a través de la comida y sus tradiciones, las recomendaciones de buenos lugares y viajes glotones, productos y emprendimientos que vale la pena destacar y un descubrimiento de nuevas alternativas de salud, alimentación y bienestar con los aceites esenciales.

Una cajita llena de amor

Últimamente, muy en la madrugada, he descubierto manifestaciones de amor que para mí valen más que mil regalos y flores. Cuando veo que amorosamente siempre hay alguien que llena mis cajitas con comida para que tenga onces frescas y una

Enero: ¿Salto al vacío?

Ya está por terminar el primer mes del año y es imposible no hablar del barrigazo de entrada al 2023. Fue un aterrizaje duro entre la cifra de inflación, que llegó al 13 %; ese primer mercado de regreso a

¿Qué tiene el queso que me enloquece?

En la finca de los abuelos el placer infinito llegaba a la mesa cada vez que con la leche de las vacas se podía hacer queso fresco. Ese premio en el desayuno era el complemento ideal a las arepas de