Bate que bate

Batir es un arte. Lograr unas claras de huevo a punto de nieve, batiendo a mano, como hacían las abuelas, es una proeza de la física y la maña. Pero no solo son las claras, un buen chocolate, dicen en las calles, necesita tres buenas subidas que dependen de cómo se bata para lograr esa espuma deliciosa de un gran chocolate caliente.

Además de estas delicias de siempre, la técnica de batir ha facilitado nuestra vida. No solo la batidora y la licuadora nos colaboran, hoy en día hay un sinfín de artículos de cocina, de todas las gamas, que nos han permitido jugar con las mezclas de frutas, verduras y lácteos que, sin dudarlo, nos han facilitado la vida. Y tengo que decirlo, también han ayudado a volvernos más creativos y a aprovechar al máximo los frutos de los árboles y la tierra.

Los sorbetes, como el clásico de curuba o el de mora en leche, los smoothies (cada vez más diversos y sorprendentes en las mezclas que se inventan en cada libro y receta que leo), los batidos, los jugos, las agüitas (muy mexicanas como las del Chavo del 8), todos terminan siendo una delicia gastronómica gracias a la creatividad y las ganas de hacer algo refrescante con unos pocos ingredientes.

Échele frutica, algo de verduras, súmele un chorrito de agua de coco, leche (en sus múltiples variedades) o una cucharada de helado, no le ponga azúcar (las frutas tienen suficiente) y tendrá la solución para un buen sorbo de energía. Si usted es muy saludable, réstele el helado, súmele una cucharada de proteína y tendrá una deliciosa bebida para recuperarse del entrenamiento o complementar unas onces energéticas. Lo que en el mundo conocemos como “juicing”, o la tendencia de los jugos, ha abierto la puerta para lograr una alimentación balanceada en medio del afán, pero sobre todo que se puedan tomar varias comidas diarias sin que necesariamente sean muy pesadas, ¡además hasta nuestro metabolismo lo agradece!

Mezclar, batir, licuar son una alternativa diaria, fácil y deliciosa. Jugos, batidos, bebidas calientes y todo lo que quieran tomarse, siempre será un momento refrescante en el día.

Quiero recomendarles dos lugares donde los jugos, smoothies y la comida sana son una delicia:

Nativos (IG @nativosquintacamacho): Un pequeño lugar sobre la 11 con 70 en Quinta Camacho de Bogotá; nos ofrece nuevas y muy nutritivas mezclas de jugos naturales; además de deliciosos bowls de açai o parfaits. Como cadena 100% colombiana se han dado a la tarea de fortalecer a los productores locales de la Amazonia con frutos como el açai, camu camu, arazá, copoazú y guaraná. Mezclas autóctonas, con identidad y mucho orgullo colombiano, hacen de este lugar un espacio sano y delicioso para probar.

Para los fits, hay proteína para sus jugos; para los niños, una nueva opción “de su tamaño”, con la que aprenderán a ser naturalmente activos; para las mascotas, ricas paletas, y para los eventos corporativos, una opción deliciosa y fácil de compartir.

Miel (IG @miel_colombia): Lo resumo en un bocado verde para todos mis días. Es un restaurante que ellos mismos describen perfecto: “fresco y local”. Donde los productos son maravillosamente bien elegidos y las mezclas son gloriosas. Mis preferidos son las tostadas con aguacate, con huevos pochados y queso feta y el bar de jugos. Los wraps tienen la ventaja de que depende de su ánimo y ganas de comer para armarlos. De los bowls, ellos tienen el mejor bowl de açai de Bogotá, y de sal tienen una amplia oferta de los productos del campo colombiano. Desayunar, almorzar o simplemente un café siempre será un muy buen plan en Miel.

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Agosto 2, 2018.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Otras columnas

Acompáñame cada semana a recorrer temas que nos unen a través de la comida y sus tradiciones, las recomendaciones de buenos lugares y viajes glotones, productos y emprendimientos que vale la pena destacar y un descubrimiento de nuevas alternativas de salud, alimentación y bienestar con los aceites esenciales.

“Después del gusto que venga el susto”

Y aplica no solo para la indigestión que sabe uno que va a tener después de una bandeja paisa bien trancada, sino para cualquier actividad que se haga en exceso. El susto no es comer con delicia, el susto viene

Bendita papita

Para nadie es una novedad decir que estamos atravesando un momento histórico que nos ha hecho reflexionar sobre la fragilidad humana. Lo que sí es novedoso es ver cómo nuestra especie, a fuerza de golpes, está entendiendo la importancia de

Un dulce demonio

Desde que tengo memoria me han dicho que me cuide de las grasas. Que son malas, que me va a dar un infarto por comerme un frito de más o que mi estado físico está como está por seguir comiendo