Me comería hasta el jabón

¡Vivo con hambre eso es un hecho!

Mi cabeza piensa más en comida que en cosas serias durante mi día y creo que en este punto se lo debo hasta a los jabones. Me sorprende mucho ver los comerciales de jabones y otros productos en los que podemos encontrar un menú mucho más completo que el que vemos en muchos restaurantes de comida procesada. Miel “virgen”, pepino chino fresco y hasta avena o granada para equilibrar el pH de la piel, promesas gastronómicas vueltas jabón.

Eso me llevó a concentarme un poco en las ofertas milagrosas de los productos no alimenticios esta semana, y reafirmé que entre más natural y menos procesada sea la promesa de venta, más llama nuestra atención. No solo son jabones, tenemos tratamientos faciales, detergentes, ambientadores y un sin fin de productos que venden ese estilo natural para nuestras vidas.

Si estos productos tienen tantas propiedades enriquecidas y son tan nutritivos, ¿dónde quedaron esas recetas de comida en nuestro día a día? Esta temporada no solo es de buñuelos y natillas de caja, es de nuevas propuestas y de rescatar recetas que con un poco más de tiempo, de búsqueda de materia prima de excelente calidad y de innovación culinaria, recuperen la calidad de lo que comemos.

Por eso en estos días, previos a las novenas y cenas decembrinas, los invito a hacer la lista del Niño Dios de la cocina. ¿Qué especias?, ¿qué productos nuevos pueden ensayar?, ¿cómo podemos darle la vuelta a los platos que cada año nos acompañan en la mesa? Y comenzar a buscar esos productos que con esas promesas de venta seria y certificada hacen realmente la diferencia, no solo en la mesa sino también en su casa.
Quién no ha oido a su mamá o sus tias mandarlo a la ducha con el vinagre, para que el pelo mejore. Quitarse la insolada de piscina con yogurt o aceite de cocina. En fin, todos esos mitos urbanos que nos divirten, pero que, al final, nos solucionan la vida.

Ya conocen mi posición sobre comprar local e invertir en producción propia y limpia, pero igual reconozco que necesitamos una muy buena despensa que nos ayude en nuestra evolución gastronómica. Por eso, en mi expedición de esta semana fui de compras a Jumbo detrás de pavo pues mi proveedor habitual ya no tenía una sola pieza para la cena de las velitas.

Descubrí un mar de productos frescos, orgánicos y bastante novedosos para mi despensa decembrina. Pero lo que más me gustó fue poder comprar pavo fresco. En una sola tarde no solo compré todo lo de la receta, sino todo lo necesario para mi pelo, mis jugos y hasta unos cuantos gustos de más. Muy buena atención, paciencia del vendedor que me ayudaba con el pavo y excelente calidad, tengo que reconocerlo. Por eso les repito, es hora de hacer la lista del Niño Dios y empezar a construir esa despensa soñada. Anímense, coman, úntense y gocen la comida en su día a día.

Hoy les comparto la receta de pavo con salsa de frutos rojos que mi vendedor me propuso y que, obviamente, retó mi receta clásica de pavo. ¡Deliciosa! Sabores algo dulces en el fondo, y que se convirtió en un excelente plan en familia para la noche de las velitas. Navidad es comida, es amor, es una época de renacer, de cambiar, pero, por sobretodo, de gozar en compañía de familia y amigos.

Pechuga de pavo al horno con salsa de frutos rojos

Ingredientes:
• 1 Pechuga de pavo de 4 kilos con hueso
• 4 dientes de ajo
• ¼ de taza de salsa soya
• 1 cucharada de eneldo fresco
• 1 cucharada de estragón seco o fresco
• 3 cucharadas de mostaza
• 2 cucharadas de perejil liso picado
• 2 tazas de vino blanco
• Sal y pimienta al gusto
• 1 cucharada de paprika
• 1 cebolla cabezona troceada
• 1 zanahoria troceados

Para la salsa
• 1 taza de fresas picadas
• 1 taza de moras picadas
• ½ taza de frambuesas
• ½ taza de ciruelas frescas picadas
• ½ taza de azúcar
• ¼ taza de vinagre balsámico
• 1 taza del jugo que suelta el pavo al asar

Preparación
1. Condimentar la pechuga con sal, pimienta, eneldo, salsa de soya, estragón, mostaza, paprika, ajos, perejil.
2. Frotar muy bien la pechuga con estos ingredientes y colocar en una bandeja la cebolla, zanahoria.
3. Bañar con el vino, cubrir con papel aluminio y llevar a la nevera.
4. Precalentar el horno a 350° F/ 176° C.
5. Hornear la pechuga hasta que esté dorado y bien asado (Temperatura interna a 165° F/74° C) o que el líquido que sale de la pechuga sea transparente.
6. Recoger parte del líquido que suelta el pavo y colocar en una olla con el resto de los ingredientes para la salsa.
7. Mezclar constantemente, hasta que los ingredientes se incorporen en su totalidad durante 15 minutos hasta que hierva y servir el pavo con la salsa.

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Diciembre 8, 2016.

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