Deseo para 2020: ¡buen provecho!

Cada cuatro años, el calendario nos regala un día más para gozar, ya que las cuentas reales de lo que dura un año son 365,25 días. Así que cada cuatro vueltas al sol sumamos esas partes y, resultado: ¡año bisiesto!

Energéticamente hay gente que le tiene su recelo. Pero otros, por el contrario, creemos que es un regalo del universo para sumar un día más en nuestra maravillosa cocina y vivir otro rato de las experiencias gastronómicas que alimenten el cuerpo y el alma.

Si tomamos en cuenta que las alternativas para comer en este planeta son incontables, así a muchas personas les parezca que el acto de comer debe ser algo mecánico y que ojalá se pudiera evitar de ser posible, para mí no sobran ni segundos, ni minutos, ni horas para desafiar la creación de combinar y crear nuevos platos. O salir a probar esas delicias que cada día surgen en las ciudades que visito.

Paseando por los mercados de cada país, se descubren nuevas posibilidades, que van desde las hierbas, que son las mejores opciones para aderezar o mejorar el sabor de nuestra comida, hasta la sorprendente variedad de proteínas animales que hoy conseguimos y que, estoy segura, mi abuela nunca conoció. Cada región tiene lo propio y así cada país preserva intactos sus sabores e historias gracias a estos mágicos lugares.

Pero como todo no puede ser campo, también este año hay que meterles mano a los frutos del mar. Para nosotros, los del interior, muchas veces pasan desapercibidos por el poco gusto que les encontramos; sin embargo, la abundancia de animales de río y de mar nos permite darnos unos grandes y suculentos banquetes, que alimentan nuestro gusto y despiertan nuestros deseos.

El beneficio de la cocina no es solo el tener qué comer, es la posibilidad de hacer de nuestro entorno un ambiente delicioso y de provecho para el día a día. ¿O es que vamos a negar que el que enamora cocinado no le lleva la ventaja al que vive vegetando? Parece sencillo, pero es un gran artista quien logra despertar la pecaminosa lujuria con una buena cena, sin indigestión ni sensación de llenura.

Un día más, completo hora a hora, para ensayar a conquistar, a descubrir y a mezclar todo lo que nos pueda hacer felices en la vida. Este año que comienza los invito a que sigamos probando, visitando nuevos restaurantes y los clásicos y caseros de siempre, apoyando emprendimientos y creaciones culinarias, y descubriendo la magia de dejarse sorprender por las maravillas de posibilidades que podemos llevarnos a la boca.

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Enero 3, 2020.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Otras columnas

Acompáñame cada semana a recorrer temas que nos unen a través de la comida y sus tradiciones, las recomendaciones de buenos lugares y viajes glotones, productos y emprendimientos que vale la pena destacar y un descubrimiento de nuevas alternativas de salud, alimentación y bienestar con los aceites esenciales.

Leer para comer

Los colombianos leemos aproximadamente tres libros al año, según cifras del mercado y Camlibro. Me sorprendió mucho esa cifra, pues siempre pensé que éramos buenos lectores, pero ahora entiendo por qué las redes sociales se convirtieron en amos y señores

El poder de elegir

La determinación a la hora de comer es casi igual de importante que saber por quién votar. Esas personas que todo les da lo mismo a la hora de sentarse a la mesa son iguales de insípidas que un beso

¡Poquita porque es bendita!

Bendito sea el caldito de papa para un guayabo espantoso, la sopa espesa de primero en el almuerzo y la del desvare a la hora de la comida también. ¡Amén! Pero el que peca y reza empata y nunca será