¡Puro cuento eso de la liberación del cinturón!

Llegó diciembre con su alegría, mes de parrandas y mucha emoción; llegan las novenas y la teoría de que hay que estar “relleno como el pavo”. Como dice @mitiatere, “coman de todo, dejen de ser regodientos con la comida”, ¡y es así! Pero yo agregaría que hay que darse el gusto de picar un buñuelo por acá y una natilla por allá, pero no es necesario empacharse, hay que disfrutar sin culpa y sin desmadre. Así que, mis queridos, no justifiquen que la Navidad es época de engordar, uno engorda al pavo pero no a uno mismo.

En esta época no es necesario ser una aspiradora portátil que donde llega se come todo. Usted puede escoger ser la amiga, vecina o el buen tío que, siendo los más simpáticos de la fiesta, alimentan a todos, pasan el buñuelo calientico (sin dudarlo, usted se come uno crocante y delicioso), parten la natilla, arman los tamales y, eso sí, lideran el toque de cucharas y pandereta en la novena “Antón tiruliru liru”. Es fácil si a todo se le mete amor, alegría y un poco de conciencia y control; que no nos coma la ansiedad de comernos el cuento de arrasar con todas las anchetas y la alacena.

Y es que estas épocas tienen un manual de etiqueta tácito, cosas que con los años uno aprende que son regla de oro para pasar unas buenas fiestas y no tener el 1° de enero que cargar una conciencia más pesada que el bulto de Papá Noel, ni hacer promesas el 31 a medianoche de no volver a comer de esa manera o flagelarse 350 días en un gimnasio para poder comer sin fin los 15 restantes.

Ser abundante, generoso, en las porciones que se hagan, pues donde comen seis comen ocho, decía mi abuela. Así que es una época para manifestarse con un buen bocado con sus familiares, amigos y vecinos. Y si usted es de los que más bien recibe (pero poco da), tenga en cuenta que la esencia está en compartir y no en tomarse el mejor pedazo del pastel. No pasarse de tragos para mí es una regla de oro, disfrutar de forma equilibrada la alegría con unos vinos o cervezas bien puestas, no es necesario tomarse hasta el agua de los floreros para sentir el momento y estar feliz.

Cosa que no podemos perder de vista es que hoy en día las mesas son cada vez más diversas, así que no está demás ser incluyente y tener siempre una que otra opción para alérgicos o vegetarianos; por ejemplo, la misma ensalada de papa y verduras que acompaña el pavo puede acompañarse con una hamburguesa de lentejas con una salsa rica, no sobra preguntar a sus invitados qué tipo de alimentación llevan y así todos estaremos felices y bien comidos.

¡Llegó la temporada más esperada del año! La de las sonrisas, fiestas, comidas y la liberación del cinturón, pero no es por aguarles la fiesta, el 2 de enero estaremos todos pensando cómo quemar los gorditos que nos vamos a comer en estos días.

Hoy quiero recomendarles a Bao Bun (@Baobunbog). Buns taiwaneses (panecitos) rellenos con deliciosas mezclas de sabores muy bien logrados. Muchos dirán que es una moda, yo digo que ¡nos están acercando el mundo! Mordiscos de suaves panes que con pulpo parrillado y pepinillos encurtidos hicieron mi día. Además probé el de pollo al curry con maní casero y el vegetariano: shiitakes, espárragos y flores de cebollín. ¡Todos fantásticos! Llegar no es fácil, ubíquense en la Casa Arsenal en Chapinero y llegaron, que yo diga mamey no fue encontrarlos, pero quedarse es una delicia (calle 67 con cra. 6, Bogotá).

Y como el que es caballero repite, y aquí recomendamos lo que a la gente le ha gustado, los invito a probar el pan jamón de navidad, los buñuelos y la comida de La Cocina de Martina (ojo a las cenas de navidad, están de chuparse los dedos).

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Diciembre 7, 2017.

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