Sobras que no sobran

Nuestra comida colombiana es una mezcla de colores y sabores muy particular, ¡Gloriosa!, pero  lo máximo, es la capacidad de adaptación que tenemos para hacer con un arroz un plato maravilla. Arroz con huevos, arroz con pollo, o un buen atollado, son todos platos de siempre en nuestras casas.

Pero además de estas delicias, ahora somos expertos en hacer una mezcla criolla, felizmente conocida como calentado o “calentao”, según el autor.

No importa el restaurante, lo sencillo o refinado que sea, ahora cuenta en su carta con un buen calentado, desayuno almuerzo o cena; siempre hay una buena excusa para hacer una mezcla (algo pesada para el estómago) que nos deje satisfechos.

Los colombianos somos recurrentes y seguro la receta nació de lo que quedaba el día anterior, de un trasnocho muy complicado o de una rumba que no terminó. Lo importante es que los frijoles o lentejas sean del almuerzo del día anterior; carne o pollo, elija usted su proteína; pero donde empiezan las calorías a sumar y restar es cuando llegamos a la papa, pasta, plátano y arroz, todo junto y mezclado.

La gracia no es siquiera la fórmula; esto es pura creatividad criolla y sabor en el sartén. Siempre estos calentados van a saber mejor si le suma un buen hogao, ají criollo o una salsita oscura de carnes. Pero la salsa estrella es un huevo frito con yema melcochuda.

Los calentados se han ido convirtiendo en un plato obligado en las cartas que quieran consentir a sus comensales y de las casas que quieran reinventar sabores, rehacer comidas, reciclar e innovar.

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Noviembre 10, 2016.

 

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