Un poquito de calor

No hay conversación familiar en WhatsApp, comentario telefónico o avalancha de memes y gifs en las redes que no hable de lo fría que se volvió Bogotá. Literal, regresó a ser la nevera de antaño, esa de la que siempre nos han hablado los abuelos. Cuentan que la capital colombiana realmente tenía un clima como el que “disfrutamos” desde hace algunos meses; la gente más sencilla vivía en ruana y sombrero, y otros emulaban la moda inglesa de trajes negros, capas y sombrillas muy elegantes. En una ciudad que nunca fue diseñada para el frío (no entiendo por qué no les meten calefacción a las construcciones), hay que ponerle calor y mucho amor a esta época de helaje, encierro y un poco de desazón.

Yo he optado por varias estrategias para el frío. Una de ellas es la buena repostería. La canela se me hace muy amiga de estas épocas, y los rollos y coronas de canela están siendo el pan de cada día para acompañar el café diario. No hay cara que se libre de cerrada de ojos, apretada de dientes y un agradecimiento con una sonrisa que llena el alma.

Ya entiende uno por qué el altiplano cundiboyacense es la capital de las sopas. No hay nada más agradable para calentar las manos y subir la temperatura del cuerpo que un buen cocido, ajiaco o cualquier sopita de verduras, pasando por las polémicas changuas del desayuno.

Yo les dije adiós por un tiempo a los helados, los batidos fríos y las ensaladas. Pero no hay que abandonarlos. Los batidos de frutas y/o verduras son necesarios para mantener las defensas arriba y se pueden tomar a temperatura ambiente (que igual es fría o al clima). Con las verduras me he inventado unas excelentes tortas de calabacín, pepinos rellenos, champiñones a la parrilla y tantas preparaciones que pueden llevarse al horno o a la estufa. San Google es el mejor amigo para mostrarnos tantas alternativas. También hay muchas recetas de ensaladas tibias que tienen ingredientes calientes. Mi preferida: una ensalada de espinacas, tomate, champiñones, tocineta crunchy y una vinagreta de balsámico (rico, ¿no?).

Chocolate, café, té, aromáticas, caldito de pollo, carne o verduras… sabemos que hay muchos más recomendados. Y yo agregaría, para no estar tan dietéticos, no quitar los alimentos calóricos, pues esto nos pone fríos y destemplados. Así que háganle a mi amada papita, a los arroces, a la pasta en todos sus colores y sabores. No me saquen la cebolla del plato, que tiene un gran poder depurativo; las espinacas responden muy bien ante virus y bacterias; la zanahoria nos fortalece y dice el mito que pone los ojos claros (je je je), y las alcachofas, los espárragos y las acelgas están de moda, en cosecha y son perfectos para hacer purés, sopas y nacos.

Hoy los quiero invitar a seguir nuestro camino #DeLaPlazaATuCasa, esta vez de la mano de @plazalaperseverancia. Allí no solo tendrán acceso a todo el mercado de plaza fresco que necesiten, sino también encontrarán, a domicilio, deliciosos platos colombianos. De rechupete, los huesos de marrano, el ajiaco y el cocido boyacense. Todo sabroso, a precio justo y, de paso, tienen la posibilidad de hacer un buen mercado, donde pueden llevar hasta flores.

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Julio 24, 2020.

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