Sabores auténticamente nuestros

Pensar en sabores auténticamente nuestros me transporta directo al comedor de mi abuela, justo a la hora del postre, donde, sin pensarlo, aparecían tres y a veces hasta cinco opciones de pequeños bocados dulces llenos de filigrana artesanal y amor familiar. Casquillos de naranja, arequipe batido en paila, fresas con crema, un tres leches esponjoso o un delicioso merengón de guanábana ¡nos hacían la tarde a grandes y chicos!

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Ingredientes de nuestra tierra que se convertían en un pedazo de nuestra historia. Algo con lo que crecimos y aprendimos que ser colombiano va más allá de usar la camiseta de la Selección un domingo cualquiera o rezarle al Divino Niño cuando tenemos el agua al cuello. Los sabores de las abuelas se convirtieron en parte de nuestro ADN, una herencia gastronómica con la que todos disfrutamos y aprendimos que con un bocado dulce todo sabe mejor, nos sabe a nuestro país.

Estas deliciosas indulgencias, que algunos llamamos los postres de la casa, han llegado para quedarse, gracias a la creatividad y arraigo de quienes han decidido recrear los sabores del país en unas muy especiales paletas que han logrado desde la dulce esencia colombiana, revivir la tradición de los artesanos del postre. ¡Crem Helado ha hecho la tarea! Nos trae al corazón de todos los colombianos los sabores dulces de la cocina de cada región del país.

Recordar las fresas con crema del típico viaje por la Sabana de Bogotá, una maravillosa y helada lulada del Valle, o quizás pensar en una cucharada de manjar blanco seduce a la hora de imaginarlas en una paleta. Pero si además podemos tener una de tres leches o postre de maracuyá con leche condensada, creo que la vida nos sonríe (realmente nos ama).

No hay excusas para no probarlas. Más de 100.000 esquinas tienen una nevera de Crem Helado, además del carrito de helado del barrio, que con sus campanitas nos emociona cuando las escuchamos a lo lejos y que poco a poco se acercan a nosotros. De alguna manera llegó la modernidad a la nevera de la casa, diría mi abuela. Ya no solo servimos postres al plato, ahora nos los comemos en cualquier esquina donde se encuentren con una nevera de helados. Mucho sabor, color y texturas con base en materia prima colombiana, en la que la fruta es fruta y la leche condensada o el arequipe son un pecado que se desliza en nuestra boca al morder.

Sus sabores nos acercan a la historia de nuestro país, nos traen arraigos culturales y nos permiten mantener nuestras tradiciones vivas. Mi papá come ron con pasas; mi mamá, moras con arequipe y yo muero por una paleta de lulada con leche condensada.

Crem Helado es una marca que hace parte del corazón de los colombianos. De los niños que llegan del colegio corriendo a la tienda, buscando alguna delicia helada. Y de todos los que crecimos con el Chococono, el golazo o una deliciosa paleta de agua.

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Octubre 5, 2018.

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