Tómate uno

Los tomates, aunque parezca increible, son uno de los tesoros que salieron de América para Europa; les enviamos de regalo nuestra «Manzana de oro» (traducción en español del conocido Pomodoro italiano) pues, cuando desembarcó en el Viejo Mundo era una variedad amarilla y aparentemente firme y redonda. Este maravilloso producto hoy en día lo encontramos en los mercados y plazas en más de diez variedades: cherries, perlas, zebras, milano, verde, uvalino, o nuestro siempre amado tomate chonto o de guiso; que hacen de nuestras ensaladas y salsas un manjar de colores y sabores.

En los ochentas todos comimos tomate de hamburguesa, tomate verde perfectamente firme que sobresalía de los panes. Hoy por el contrario, el tomate mutó en formas, colores y sabores que nos permiten innovar en la cocina como queramos, sin embargo, en Colombia el rey sigue siendo el tomate Chonto.

El tomate en nuestra cocina es usado en todas las preparaciones de cualquiera de los tres golpes, sea en unos huevos pericos, una pasta boloñesa, un hogo para las papas, arepas y patacones, el ají del asado o una sopa fría de verano (gazpacho). El tomate siempre hace parte de los productos básicos de cualquier mercado de las casas colombianas, pero también hace parte de las maravillas sanadoras de los guayabos, pues no hay nada más reparador que un bloody mary con jugo de tomate fresco o si lo quieren sin alcohol un Virgin Mary o jugo de tomate preparado.

Pero los beneficios no acaban en una barriga llena y el corazón contento, llegan también al campo de los saberes sanadores. Para los calambres, las insoladas y las dietas ricas en vitaminas y minerales, dicen que son benditos. Cura cicatrices, es un muy buen aliado a la hora de combatir el mal olor de los pies y las abuelas dicen, que si hay un desperfecto en la piel, solo hay que poner tomate asado.

Para los más arriesgados que disfrutan el tomate en su furor hay hasta festejos con esta delicia de regalo de la tierra y no se pueden perder la Tomatina Colombiana en Sutamarchan, Boyacá (http://www.tomatinacolombiana.com/). La fiesta del tomate que termina en una batalla de treinta y cinco toneladas de tomate, no aptas para el consumo humano se toma este fin de semana Boyacá, no solo con fiestas y actividades físicas para grandes y chicos sino con dos concursos que son el premio gordo del fin de semana: el mayor comedor de tomates y el mejor vendedor / empacador de tomates. Lleven sus ruanas, alisten las camisetas blancas y péguense a la fiesta del tomate. Pero si queda hasta el cogote de comer tomate, Sutamarchan tiene una de las mejores longanizas del país.

Hoy les recomiendo un par de restaurantes para el puente.

Piqueteadero Don Roberto: Ya entrados en gastos en Sutamarchan, pasen a comerse un increíble piquete. De campeonato la longaniza y la papa criolla acompañado de una cerveza fría, ají y un montón de delicias colombianas que comer. Para llevarse a la casa, la longaniza empacada, eso sí en doble bolsa (ojalá de papel).

Para los que se quedan en Bogotá o vienen de visita ir a “La Contadina” será una buena opción. Vía La Calera encontrarán este pequeño restaurante de comida italiana con un sabor de casa delicioso. La pizza, la lasagna de carne y los macarrones hechos todos en horno de leña, tienen un particular sabor y son pecaminosos. Tómense la sopa de tomate rústica con pedazos de tomate fresco y perfumada con albahaca. Ojo, si llegan en hora pico tendrán que esperar su turno.

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Junio 15, 2017.

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