La última cena (2016)

Llegamos al final de este año bisiesto, finalmente se acabó.

Gracias 2016, pero necesitamos cerrar este capítulo terrorífico, que aun no entiendo si es mito o realidad lo del “bisiesto”. Pero lo más duro de este año es que nos falta el último día de desmanes, francachela y comilona. Es justo tener un pie a tierra y saber que con las uvas que nos empachemos el 31 y la lista de propósitos del 2017 no se van a ir los kilos que nos cargamos gracias al descontrol gastronómico decembrino -y me incluyo-.

Pero está bien, no solo serán las uvas las que nos pesen sino esas deliciosas cenas, asados y fiestas con las que despediremos el año. Música, parranda y hasta paseo con suegra y perro para poder pasar la hoja. Pero lo que definitivamente no nos puede faltar como buenos colombianos, aquí o en la China, son nuestros agüeros decembrinos para asegurar que entremos al 2017 con el pie derecho.

Como es de esperar, descubrí varios agüeros que hacen parte de la cocina y de nuestra cultura, busqué y encontré de todo. En esto se vale comerse, untarse o regalar alimentos que siempre serán motivo de risas, confianza y dicha para el futuro cercano.

La abundancia del nuevo año en la cocina, depende de tener unos cuantos granos como arroz, lentejas, o frijoles; organizados y puestos en un plato o en unas espigas decoradas con cintas de colores. Comerse, regar o poner lentejas en la billetera les traerá más abundancia en el 2017. Mi recomendación es no abusen si se las va a comer a la media noche, de lo contrario le auguro una noche pesada.

Pero la abundancia sola es aburrida. Es mejor cuando compartimos con aquella persona que esperamos sea el amor del año o de la vida. Para eso al parecer bañarse en champaña o miel ayuda bastante; pero lo más recomendado en las plazas de mercado son los baños con las 7 hierbas amargas para quitar lo que nos pesa del año viejo (y no propiamente los kilos decembrinos)  y recibir el año nuevo bañándonos con las 7 hierbas dulces. El más importante de todas las recomendaciones que recibí fue el de tener sal en casa. Sal que le da sabor a la vida, que se lleva lo que no nos gusta y lo que al parecer protege los hogares.

Pero como esto se trata es de tener una cena de campeonato lo más importante, en medio de todos estos agüeros, es arreglar la mesa del comedor para celebrar. Uvas verdes, espigas de trigo, pan, naranjas y muchas frutas coloridas. Obviamente no podía dejar de lado los billetes doblados todo el año en la billetera, maletas para correr a media noche, comida, joyas, ropa interior amarilla, lo que usted quiera llevar consigo harán de su año un experimento que día a día necesitará mucha ingeniería. Hagan lo que hagan disfrútenlo es una sola noche en el año ¡donde se vale todo!

La cena de fin de año generalmente tratamos que sea algo fácil y donde todos ponen, por eso les recomiendo un par de lugares donde podrán conseguir esos productos exquisitos para complementar su mesa.

Moncasa Gourmet, en Codabas. Una vez compren todo lo que necesiten de frutas y cositas para sus agüeros, pueden conseguir delicias de jamones y quesos con denominación de origen española. Busquen a Margarita o a Igor, empresarios comprometidos con entregar siempre los mejores productos, cortes y recomendaciones (@moncasacolombia).

Buenvivir, vinos y espumosos para la celebración. Usted encontrará todo lo que necesita a la medida de su presupuesto, es un tesoro de cava; no deje de pasar pues además encontrará un restaurante delicioso para comer y probar los vinos que se quiere llevar (@Vinos_buenvivir).

Por último, quiero agradecer a todos los lectores y cómplices gastronómicos por estar siempre allí pendiente de estas 33 columnas de #MadamePapita del 2016, cada una de ellas está pensada para que sigamos descubriendo productos, sabores y sensaciones que nos motiven a destacar lo mejor de nuestra cocina y el disfrute de los sentidos. ¡Salud por ustedes!

#MadamePapita

@ChefGuty para El Espectador. Diciembre 29, 2016.

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